martes, 29 de junio de 2010

Soñé Granada...

Alejandro Prieto

Tumbado en el césped de un parque de Florencia, observo la enorme fuente llena de vida y frescor que se alza majestuosa delante mía. Rodeándola hay un enorme lago donde los niños echan migas de pan a los patos. La sombra de un enorme fresno me cobija del sol y a mi alrededor todo es paz y belleza. Cerca de mí una familia disfruta sentada sobre el césped, más allá una chica lee un libro junto a su bicicleta. Entorno los ojos e imagino que por encima de los árboles se divisa la silueta del Albaicín y Sierra Nevada al fondo. En mi delirio imagino que estoy en el futuro y que el Parque del Milenio en los terrenos de la Renfe se ha hecho realidad. Me dejo llevar por la idea e imagino que Granada ha conseguido su sueño de tener una gran parque en el corazón de la ciudad. Los edificios ahora están tapados por grandes árboles que proyectan su sombra y su frescor sobre la gente que yace relajada sobre la hierba. Solo se escucho a los pájaros, la risa de los niños y el claxon de alguna bici lejana.
En mi sueño futurista me pregunto que ha ocurrido para que esta maravilla se haya hecho realidad. Desconozco las razones pero supongo que los políticos en algún momento se dieron cuenta de la gran oportunidad que tenían delante y decidieron aunar esfuerzas y olvidar sus recelos para hacer realidad el gran proyecto de Granada de los últimos 100 años. Me pregunto si soy demasiado osado sólo por pensarlo, pero me siento optimita y con ganas de seguir soñando: En mi utopía, Granada se ha convertido en una sofisticada ciudad europea donde todo el mundo se mueve en bici y los parques afloran en cada esquina. Mi reseca y gris ciudad se ha convertido en un autentico vergel. Las colinas que la rodean han sido repobladas y ahora lucen verdes y hermosas. Las plazas ya no son sólo el techo de los parkings, ahora están llenas de vida y los estudiantes se desparraman sobre su cesped (Creo que ya ni siquiera necesitan emborracharse porque la realidad es más hermosa que cualquier otra inventada).

Es tarde y tengo que coger el avión para regresar a España pero me vuelvo de nuevo para observar aquella estampa perfecta que absorbe los últimos rayos de luz. La realidad es despiadada pero en mi cabeza resuena aún el eco de los pájaros y mi corazón decide no renunciar nunca a los sueños. Al fin y al cabo, La Alhambra también fue alguna vez sólo una idea en la cabeza de un soñador.

Alejandro Prieto, publicado en Diario Granada Hoy

1 comentario:

angel dijo...

Muy bueno el relato, desgraciadamente cada vez estamos más lejos de esa realidad por culpa de una falta de sensibilidad absoluta de los políticos.
En cualquier caso somos muchos los granadinos y granadinas que seguimos soñando con esa realidad, porque este proyecto, aunque tan solo sea en sueños, es hermoso.

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