sábado, 2 de enero de 2010

DESDE MI HABITACIÓN


por Alejandro Prieto


Cada vez que veo “Españoles por el Mundo” entre las cuatro paredes de mi habitación que dan al gris cementado e inerte de mi calle, me pregunto porque no podemos tener en Granada grandes espacios verdes donde podamos hacer deporte, respirar, relajarnos y sentirnos vivos como hacen tantos millones de europeos, norteamericanos y personas civilizadas de todo el mundo. Qué estrechez mental inhabilita a nuestros dirigentes a apoyar con entusiasmo ideas como la del Gran Parque Central de Renfe, que sería no solo un gran pulmón en el centro de Granada, sino un escenario único y espectacular con evidente tirón económico para toda la ciudad. Qué les hace pensar sistemáticamente que cualquier nuevo solar no puede tener otra función que la albergar más calles y mas edificios. Por qué arquitectos reconocidísimos como Rafael Moneo descartan de antemano la posibilidad de hacer un parque con árboles frondosos, como si eso fuese una idea radical e inviable, y desoyen las voces unánimes de los vecinos que claman por un espacio verdaderamente natural donde personas de todas las edades puedan disfrutar lejos del humo, la polución y la suciedad.

Es inevitable que con los años llegaremos al nivel de canadienses o escandinavos, la pregunta es cuantas generaciones más tendrán que malvivir hasta que los políticos comprendan qué es la calidad de vida.

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